En estos días asistí a una conferencia de prensa por Zoom convocada por Ethnic Media Services donde expertos en temas como inmigración, hambre y el ambiente hablaron sobre el extenso impacto de la panjdemia en estas áreas. Iba a presentarles una nota conjunta sobre las tres intervenciones, pero estaban tan interesantes; y también muy largo, que preferí hacerlo en tres entregas. He aquí la primera parte que tiene que ver con el hambre y que estuvo a cargo de Dulce Gamboa de la organización católica Pan para el Mundo.
La pandemia del Covid-19 incrementa el riesgo de una hambruna mundial
Aunque
todo el mundo está pendiente de cuándo se va a abrir la economía de este o aquel
país, lo cierto es que las consecuencias nefastas de la pandemia del Covid-19 van
mucho más allá de la pérdida de vidas humanas, ya que la cuarentena ha acabado
con el empleo y los ingresos de millones creando así un efecto bola de nieve cuyos
efectos son devastadores se sienten a todo lo largo y ancho del mundo. Y uno de
los más terribles es el de una hambruna.
“Mucha
gente en estos momentos no sabe de dónde va a venir su próxima comida y el
advenimiento de la crisis del Covid 19 se espera que empeore el problema del
hambre en países de Centro y Sur América, el Caribe y África”, explicó Dulce Gamboa,
vocero de la institución sin fines de lucro Pan para el Mundo.
Esta aseveración
viene a confirmar las cifras reveladas por el Programa Mundial de Alimentación(WFP, por sus siglas en inglés) a mediados de abril 2020, que estima que en Latinoamérica
y el Caribe - lo que se considera el patio trasero de EEUU- hay al menos 18.5
millones de personas en riesgo de padecer una hambruna aguda a consecuencia de
la cuarentena y las pérdidas económicas que ésta ha causado. Si a eso se le
suma que en África serían 73 millones los afectados mientras que en Asia y el
Medio Oriente la cifra es de 43 millones.
Gamboa dijo
que es inevitable que haya un incremento en la malnutrición ya que las crisis económicas
y de salubridad se decanten en una crisis global de hambre que como impactos
secundarios tambien afecte la calidad del agua, sanidad y prácticas de higiene
personal; además de servicios de ayuda nutricional para madres y niños ya que la
malnutrición durante los primeros años de vida afectará la capacidad mental de
este niño de por vida.
Esta es la
razón por la cual organizaciones sin fines de lucro, como Pan para el Mundo, le
están pidiendo al Congreso de EEUU que apoye los programas de ayuda por el Covid-19
con una cantidad adicional de $12 mil millones para asegurar fondos para los
programas globales de alimentación y nutrición y de ayudas humanitarias que velan
por que estas poblaciones afectadas tengan acceso a nuevas vacunas, procedimientos
diagnósticos y tratamientos.
Inseguridad alimentaria y crisis sanitarias
Gamboa pone
como ejemplos a Venezuela y a Zimbawe “porque encima de la inseguridad
alimentaria tambien tienen una crisis sanitaria, explicó. Asimismo dijo que se
espera que este problema del hambre empeore junto con otros problemas sociales
como el hampa, violencia socia. “Estas cosas tienden a empeorar cuando hay reducción
de ingresos ya sea por la caída de las remesas del exterior y por la pérdida de
empleos, hace que la inseguridad alimentaria se empeore a través del mundo.
Esto es especialmente cierto en economías que dependen de los precios del petróleo
y esto se va a empeorar hacia finales de año”.
Expresó particular
preocupación por el estado de las poblaciones de migrantes como la de los venezolanos
en las fronteras con Colombia y con Ecuador y a los que el Covid-19 pone en mayor
riesgo de morir de hambre.
Con
respecto a Venezuela, apuntó que el país sureño ni siquiera aparece en el mapa elaborado
por el Observatorio Mundial del Hambre por la poca cantidad de datos confiables
que se han podido obtener de este país y por eso no están haciendo las
predicciones necesarias para darle ese seguimiento al país.
“Sabemos que
antes de la pandemia la situación estaba muy deteriorada”, dijo y que una de
las cosas que pueden hacer desde Pan para el Mundo es pedir más recursos, unos
$12 mil millones, para programas de ayuda alimentaria a nivel global y que
incluyan a Venezuela. “La agencia de desarrollo USAID ha enviado recursos hace
varios meses, creo que hasta años ya, a la frontera de Colombia y Venezuela para
atender las necesidades nutricionales de
los venezolanos que están saliendo”, acotó Gamboa.
Agregó que
también tienen noticias de migrantes venezolanos que están regresando a Venezuela
debido a las restricciones de movimiento y al hecho de que se tienen que quedar
en casa y muchos de ellos ni tienen casa en Colombia. “Así que hay una ola de
venezolanos regresando y eso pone más presión en un sistema que ya está al
borde del colapso”.
México y Centro América y la pérdida de remesas
Otro problema
es que los sistemas de salud en Centro América, en México y otros países de América
Latina son muy débiles y no tienen la suficiente infraestructura para responder
al estrés que significa el tener una mayor cantidad de enfermos para atender; además
de los que ya tenían, dijo Gamboa.
Destacó
que otro problema grave que se avecina es el de la pérdida de las remesas. “Muchos
en EEUU están perdiendo sus empleos y esto va a tener un impacto muy negativo ya
que las remesas van a continuar bajando y estas constituyen un buen porcentaje
del PIB de estos países. Entonces es menor dinero que va a entrar al país lo
que se traduce en que el gobierno va a tener menos dinero para responder a
estas crisis, y menos dinero que van a tener las familias para comprar insumos,
medicinas y para llegar a fin de mes”, explicó Gamboa.
“En Centro
América las familias están teniendo más dificultades para alimentar a sus hijos
debido a la pérdida de ingresos. Ya antes de la pandemia, el hambre y la desnutrición
ya eran muy graves en Guatemala. En el corredor seco de Centroamérica la desnutrición
alcanza el 70%. En estas regiones de llegar el coronavirus sería muy devastador
porque la gente no tiene un buen sistema inmunológico que los defienda de un
virus como este”, dijo Gamboa.
Todos estos
factores están haciendo la situación más difícil en Centro América y el país que
más le preocupa es Guatemala “por los altos niveles de desnutrición que tiene”.
Estados Unidos tampoco se salva
Asimismo
destacó que aquí en EEUU también hay muchas familias (inmigrantes, sin estatus
migratorio) afectadas porque no tienen acceso a la repartición de alimentos ya
que no tienen un auto para ir a recoger la ayuda; que de paso no califican para
el cheque de estímulo y mucho menos para cobrar por compensación por desempleo.
Por eso manejan y tambien los dejaron
por fuera en cuanto al cheque de estímulo y no califican para el programa de desempleo.
Estamos pidiendo al Congreso que estos paquetes de ayuda sean más inclusivos y
que se debe proteger a todos los que viven en EEUU no solo los que tienen
documentos sino tambien a los indocumentados que tambien tiene niños.
Fin de la primera entrega. La segunda será sobre los efectos de la pandemia en la inmigración y las remesas.
- Cira Apitz Sardi
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