Fotos y texto: Cira Apitz |
Por desgracia Venezuela, donde nací y crecí, no está para
celebraciones, ni de lejos. Que me digan mala patriota o que le estoy sacando
el cuerpo a mi país… no me interesa… lo cierto que mi primer país no tiene nada
que celebrar luego de 17 años de estar pisado no solo por la bota militar sino también
por la de los Castro y otros extranjeros de baja ralea con quien se juntó el
gobierno en sus ansias de poder.
Que Venezuela es bella….no lo niego al igual que tampoco
puedo ignorar que en estos momentos es un desastre de calles sucias y gente huraña
y fea que hacen cosas que no parecen nuestras….donde el agua que sale de los
chorros –si es que sale– sale marrón y
hasta con mal olor, una Venezuela a oscuras, enferma, sin medicinas y medio
muerta de hambre….un país donde su futuro se languidece de inanición en las
cunitas de los hospitales y en los caseríos.
¿Qué me piden que celebre? Sinceramente no siento que haya
nada que celebrar este 5 de julio, pero
si mucho por qué llorar, así como los deudos lloran a un ser querido que se nos
va…. Así se nos fue Venezuela, esa que
nos vio nacer, a esta generación mía y a otras más, esa no regresa… al igual
que nosotras cambió al madurar pero, será que hizo como esas parejas donde el
marido cincuentón le da por hacer locuras y se embarcó en esta vaina que llaman
chavismo… tremendo foul señores… ¡botaron
la bola, pues!
Cuando fuimos a votar a New Orleans. |
Lo único que tengo que celebrar es que nací allí, en medio
de esa Caracas vibrante, que no descansa, llena de luz y árboles … la Caracas
de la Cota Mil, del Ávila, de la Quinta Anauco, del Teresa Carreño, del Ateneo
y la Cinemateca, la del Parque del Este con la Nao Santa María, la de las
patinatas en Los Próceres y Los Caobos, la del Pinar y Los Chorros, la de de
las rumbas y las mejores discotecas de los 80 (Le Sept, el Crazy, City Hall, El
ZigZag, etc.), la del Tamanaco y la
Boite, la del Caracas Hilton, la de los Festivales de Teatro, la del MACCSI y
la GAN, la del Bar Basque y otras tascas de La Candelaria, la del Gran Café, la
de los asquerositos y las areperas después de las rumbas…
Al igual que Caracas con flores de Galipán y su Pacheco. Esa
Caracas de la que canta Billo’s…. de los techos rojos… esa Caracas solo vive en
los recuerdos de quienes crecimos en ella y vimos su mejor cara hasta el
momento de la partida. Cuando yo me fui la primera vez no la lloré, cuando me
fui la segunda vez, ni me di cuenta que me iba por el apuro, pero al pasar de
los años Caracas está ahí presente y no dejo de añorarla un solo día.
Mientras tanto, celebraré el 4 de julio, la independencia de
mi nuevo país con todo el espíritu celebratorio que amerita esta fecha…..mañana
5 solo queda desearle suerte y fuerza a Venezuela para que salga del hueco
donde muchos de sus hijos la metieron.
¡Ánimo Venezuela que tú puedes!
…And Happy
Fourth of July!!!!
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