Texto y fotos por Cira Apitz Sardi. Artículo publicado en la edición de mayo de MiamiDiario.com |
Las hierbas son esenciales cuando se está cocinando
y se le quiere dar ese toque especial al plato. Por eso todo cocinero tiene que
incluir hierbas, preferiblemente frescas, entre sus ingredientes.
Los característicos olores y sabores de muchas de
ellas están impresas en nuestra memoria gustativa y emocional; es así como el
aroma del orégano le recuerda a la cocina de la Nonna; y el sabor del cilantro
a una fresca pero picante salsa mexicana compartida con amigos.
Es por esto que todo cocinero, que se quiera
destacar, tiene que aprender a conocer las hierbas y otros vegetales desde que
la planta rompe la tierra con su espada verde. Por eso es que algunas escuelas
de cocina, y los varios restaurantes reconocidos, tienen su propio huerto donde
siembran y cosechan muchos de los ingredientes que usan en la preparación de
sus platos.
Una de esas escuelas de cocina que tiene un huerto
como herramienta didáctica es el Instituto Culinario de Miami. Este fue un
espacio abandonado, apenas a una cuadra del instituto, que su director, el Chef
John Richards, concibió como el lugar ideal para esta aula al aire libre.
Miguel Espinal, 24, atendiendo el huerto, él dice que “tener un jardín ayuda a comer mejor y más saludable; y a la juventud a no meterse en problemas”. |
“Este espacio estaba cubierto con desechos
corroídos, piezas de motocicletas y lodo”, recuerda Richards quien
inmediatamente se puso a trabajar en la conversión, y empezó por contratar a Gabriele Marewski, de Paradise Farms, quien
junto a Diane Sukimoto le dieron forma al concepto que inspira al instituto. “Yo
diría que este jardín es el alma del instituto”, dice Richards.
Hoy en día en este espacio se respira paz y
cilantro. Una fuente con un gran caracol vigila las jardineras circulares,
donde cada especie tiene su lugar. En el huerto hay plantadas, en este momento,
unas 140 plantas entre hierbas, frutas, vegetales y flores. Entre las frutas
destacan las populares entre la población local: papaya, guayaba y cítricos como las populares Key limes.
Un salón de clases al aire libre
“Me impresionó el hecho que muchos de nuestros
estudiantes no supieran como reconocer los productos (en su estado natural)”,
dijo Richards.
El huerto, cuya principal función es la didáctica, también
provee ingredientes para las clases, el café y para las cenas que se preparan
en “Tuyo”, el restaurante que se ubica en el quinto piso del instituto y que
dirige el reconocido chef Norman Van Aken.
“Una de las cosas que hace esta historia diferente
es que estamos conectando a nuestros cocineros con el ambiente. Los estudiantes
entienden de donde viene nuestro producto”, dijo Richards.
Aunque la actividad del huerto es ancestral, este
está conectado a la tecnología moderna. Los letreros que identifican las
diferentes especies tienen códigos de acceso rápido (QR Codes) que los
estudiantes puedan escanearlo y bajar la información a la tableta que les
provee el MCI, por sus siglas en inglés. “Ellos lo pueden escanear con la
cámara de la tableta, y se les abre la información sobre la planta en cuestión.
Pero para la cosecha de verano, van a reemplazar los letreros y estos solo
tendrán los códigos; y así se pueden hacer diversas actividades como cacerías
de pistas y exámenes”, explicó Richards.
Pero Richards no es el único contento con las
posibilidades de aprendizaje que ofrece el huerto. El movimiento internacional
Slow Food también se ha involucrado en ayudar
y, según Richards, la organización es el “ángel guardián del jardín”. Es
por esto que la fuente que adorna el jardín es un caracol parecido al icono de SlowFood.
Este movimiento tiene sus orígenes en Turín, Italia,
y se hizo para proteger prácticas artesanales y productos ancestrales. También
porque sus fundadores se percataron que muchos niños citadinos no saben donde
se originan los alimentos que consumen.
Manteniendo el huerto
La cosecha de verano tiene que incluir especies que
también sirvan para proteger el suelo de la humedad y las copiosas lluvias
típicas de la temporada. Entre especies que se dan bien en esta época están los ajíes,
dulce y en especial los picantes; la okra, las batatas, ajos, las variedades de
espinaca Okinawa y Malabar y calabazas de verano, entre otras.
Tener un huerto está de moda, dice Jiller. “Hoy en día todo restaurant grande en el país
tiene que saber cómo lucen los productos en la planta. Hay muchos (cocineros)
que nunca han visto los ingredientes crecer del suelo para arriba; y esto es
muy importante si quieren hacer carrera”, dijo.
En el huerto hay muchas flores como estas |
Espinaca malabar negra |
las jardineras |
Mata de berenjena con su flor y fruto |
flores de calabaza para decorar |
Eneldo con mariquitas |
Chives |
tomates |
petunias comestibles |
Un cantero de hierbas como albahaca morada y blanca , tomillo, salvia, etc. |
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