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En Oakland
Visitando difunto ajeno


El Cementerio Histórico de Oakland, en Atlanta, es mínimo comparado con el Cementerio General del Sur en Caracas, pero es posible que ambos contengan la misma cantidad de carga histórica y ectoplasmica, lo que pasa que los americanos si hacen el amago de conservación del camposanto y mientras uno esta medianamente conservado, el nuestro donde reposan los huesos (aun no robados por los paleros) de nuestros difuntos próceres, personajes históricos, amigos y parientes es victima de la desidia oficial y el hampa en general.

El sitio en primavera es un jardín lleno de flores de todos tipos y colores, como verán, mi visita fue en invierno y ahí si se captura el verdadero sentido austero del camposanto en su ausencia de colores brillantes – con sus pocas excepciones.

Un poco de historia

Los fundadores de Atlanta compraron seis acres en 1850 y los designaron como cementerio público para lo que en ese entonces era un pequeño pueblo que se desarrollaba rápidamente, el cual ya había alcanzado los 2500 habitantes. Fue diseñado como un camposanto rural con jardines, el cual era una alternativa a los cementerios tradicionales que además de estar sobrevendidos eran estéticamente poco agraciados.

Su nombre original fue Cementerio de Atlanta o Lugar de inhumación de la ciudad, se le dio el nombre de Oakland en 1872. Ya para ese entonces se le habían agregado 48 acres debido a la presión ejercida por la Guerra Civil. Durante la guerra, la ciudad y el gobierno Confederado agregaron terreno para enterrar a los soldados que se morían en los hospitales locales. Pero las batallas se libraban cada vez más cerca de Atlanta hasta llegar a envolverla, y ya para entonces se necesitaba aun más terreno para el cementerio.
Al terminar la guerra se le agrego más terreno para darle una sepultura decente a los  miles de soldados que se habían enterrado apuradamente en los campos de batalla cercanos.
Para 1867 ya el cementerio había alcanzado el tamaño actual. Dos marcadores históricos dentro de Oakland describen su conexión con los momentos más críticos de la Guerra Civil.
 Uno fue en 1862 cuando los Andrews Raiders, agentes de la Unión, se robaron una locomotora en el sitio que hoy se conoce como Kennesaw, y se la llevaron al norte para cortar las líneas telegráficas. Pero fueron capturados y condenados como espías. A siete los colgaron cerca de la esquina sureste del cementerio y enterrados allí antes de que sus restos  fueran trasladados al Cementerio Nacional en Chattanooga.

 El otro fue en una loma cercana al norte del Campanario, existió una granja con una casa de dos pisos, la cual sirvió de cuartel al comandante Confederado John B. Hood durante la Batalla de Atlanta, la cual se peleó al este del cementerio un 22 de julio de 1864.


A finales del siglo XIX, el camposanto se había vuelto popular para pasear en carruajes y hacer picnic. Las familias atendían las parcelas y así proliferaron una variedad de hermosos jardines; tanto que el primer invernadero de Atlanta se estableció en Oakland en 1870.

El cementerio también mantuvo las mismas distinciones que los vivos guardaban en su ir y venir diario por la ciudad, como por ejemplo, los afroamericanos eran enterrados aparte de los blancos, y las secciones de Judíos y Cristianos se mantenían separadas.

A medida que avanzo el siglo XX, diferentes edificios, residenciales e industriales, fueron rodeando el camposanto que rápidamente iba alcanzando su capacidad. Los últimos terrenos se vendieron en 1884.

Con el paso del tiempo, muchas tumbas fueron descuidadas cuando los descendientes desaparecían, se mudaban a otra parte o, simplemente, ya no les importaban sus antepasados. Axial que el cementerio cayó en el descuido y fue victima ocasional del vandalismo.

En 1976 se creó la Fundación Historica Oakland, el mismo año en que el cementerio fue designado como Sitio Histórico. La fundación, trabajando con la ciudad, ha hecho bastante para frenar el deterioro del lugar, sin embargo este seguirá su inexorable curso a menos que se haga una restauración y preservación sistemática de todo el cementerio.

Difuntos Famosos
Margaret Mitchell
Escritora ganadora del Premio Pulitzer y autora de “Lo que el Viento se Llevó”, una de las novelas mas populares del mundo.
Ivan Allen, Jr. 
Alcalde de Atlanta desde 1962 a 1970, le toco liderar la ciudad en un periodo de crecimiento notable y de cambios sociales.
Jacob Elsas
Filántropo y dueño de Fulton Bag y Cotton Mill

Bishop Wesley John Gaines 
Quien empezara su vida como esclavo, fue el Segundo pastor de la Iglesia Episcopal Metodista Africana Big Bethel y fundador del Morris Brown College

Joel Hurt 
Constructor y fundador del primer sistema de trolebús eléctrico de Atlanta

Maynard Jackson 
El primer afroamericano alcalde de Atlanta, sirvió tres periodos consecutivos, y
  también fue el primero en alcanzar esta posición en una ciudad sureña de importancia.

Joseph Jacobs
Dueño de la farmacia donde primero se sirvió la bebida Coca-Cola en 1886

Bobby Jones 
Golfista (si hubo vida en el golf antes de Tiger) que se hiciera del “Grand Slam” quien en 1930 se llev
ó los trofeos The British Amateur, The British Open, U.S. Amateur y el U.S. Open (sin montarle cachos a la esposa).
El León de Atlanta que marca y guarda el sitio de descanso eterno de unos 3000 Confederados.
Carrie Steele Logan 
Esta Antigua esclava fundo el primer orfanato para afroamericanos (The Carrie Steele-Pitts Home) en Atlanta 
Morris y Emanuel Rich 

Fundadores de la tienda M. Rich Dry Goods, que luego se convertiría en una de las mas grandes cadenas de la región sureña.

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