El primer día del SIG 2009 estuvo marcado por la emoción que le imprimió Heston Blumenthal quien diestramente se dedico a sacar emociones y sensaciones de su audiencia venezolana.
Durante su presentación mostró partes de sus programas e iba explicando como y por que el había creado ese menú en especial y lo que perseguía hacer aflorar en sus comensales. Lo cierto es que me quedo muy claro que al The Fat Duck, su restaurant en Bray, no solo se va a comer por que este sublime cocinero se las va a idear para cocinarle a usted la mas recóndita ilusión, recuerdo y emoción que haya sentido en su vida en sus mini bocados de delicias concentradas al máximo.
Ahora puedo decir, después de este encuentro con Blumenthal, que ya se a que sabe la Semana Santa y el Botafumeiro y el incensario eterno en las capillas. Nos regalo a cada uno un pequeño film de gel hecho con incienso. Esto era parte de su menú de Navidad, ocasión que regalo a sus comensales lo mas tradicional de las fechas. Los Reyes Magos que llevaban Oro, Incienso y Mirra al Niño Dios (y eso fue lo que sirvió), ese olor único de las Navidades donde hay cuero, vainilla, canela, whisky, en fin, ese olor que le enmantequilla a uno el recuerdo y que hasta le arranca emocionadas lagrimas a la gente. Cosa que logra Blumenthal con su audiencia al rociarnos con el spray de olor de navidad que logra crear con la ayuda del perfumero parisino Kristoff.
No queda mas que cerrar con la Cena del Sombrerero Loco, en Alicia en el País de las Maravillas, donde Blumenthal recrea a su manera high tech la famosa sopa de tortuga falsa (Mock Turtle Soup) muy popular en la época victoriana.
Durante su presentación mostró partes de sus programas e iba explicando como y por que el había creado ese menú en especial y lo que perseguía hacer aflorar en sus comensales. Lo cierto es que me quedo muy claro que al The Fat Duck, su restaurant en Bray, no solo se va a comer por que este sublime cocinero se las va a idear para cocinarle a usted la mas recóndita ilusión, recuerdo y emoción que haya sentido en su vida en sus mini bocados de delicias concentradas al máximo.
Ahora puedo decir, después de este encuentro con Blumenthal, que ya se a que sabe la Semana Santa y el Botafumeiro y el incensario eterno en las capillas. Nos regalo a cada uno un pequeño film de gel hecho con incienso. Esto era parte de su menú de Navidad, ocasión que regalo a sus comensales lo mas tradicional de las fechas. Los Reyes Magos que llevaban Oro, Incienso y Mirra al Niño Dios (y eso fue lo que sirvió), ese olor único de las Navidades donde hay cuero, vainilla, canela, whisky, en fin, ese olor que le enmantequilla a uno el recuerdo y que hasta le arranca emocionadas lagrimas a la gente. Cosa que logra Blumenthal con su audiencia al rociarnos con el spray de olor de navidad que logra crear con la ayuda del perfumero parisino Kristoff.
No queda mas que cerrar con la Cena del Sombrerero Loco, en Alicia en el País de las Maravillas, donde Blumenthal recrea a su manera high tech la famosa sopa de tortuga falsa (Mock Turtle Soup) muy popular en la época victoriana.
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